martes, 27 de mayo de 2008

Háztelo tú mismo

En diversas ocasiones ya me he declarado ferviente seguidora del "Háztelo tú mismo" (aka DIY, del inglés Do it yourself). No estoy hablando de onanismo, pero casi. Se trata, en definitiva, de fabricar, reparar, idear, customizar en lugar de comprarlo ya hecho, no por el mero gusto del ahorro sino por el gustazo que da trabajar con las manos (repito, este no es un post dedicado al onanismo). Llegados a este punto, también me tengo que declarar fan del Ikea ¿el paradigma de la contradicción? ¿está sacando humo este cerebrito cortocicuitado que me gobierna? no, nada de eso. Lo que pasa es que donde unos ven al McDonald's del mobiliario o al diablo de la globalización que ha homogeneizado la decoración de nuestras casas (ahora todos compartimos piso con BILLY, EXPEDIT, LACK...), otros ven un Lego, un Mecano con el que dar forma a las ideas que hierven en la cabeza.

La clave está en no mirarse a BILLY como un todo, sino que hay que verlo descompuesto, por partes e intuir cómo podemos exprimir su potencial. Así, una silla puede convertirse en una mesita de noche -y viceversa-, o un armario para el baño puede acabar siendo un aparador del salón, un escurridor de cubiertos transformado en una lámpara... Lo más heavy que he visto hasta ahora, un tipo que se fabricó una guitarra eléctrica con una de las maderas que venden los suecos.

En este arte son expertos los de Ikea hacker, una bitácora que surgió allá por el 2006 sobre alteraciones, modificaciones y posibles reutilizaciones de los muebles de esta compañía y que ha terminado por aglutinar mil y un posibles hacks con los productos de Ikea como protagonistas. Mi preferido es el mueble de televisión convertido en terrario. Ya en castellano, les han seguido los pasos blogs como El estilo Ikea y Piratas de Ikea, entre otros. Por supuesto, esto conlleva un trabajo extra, ya que los muebles están pensados para ser montados de una manera concreta. Si te compras unas literas de ikea es bastante fácil obtener de él dos camas. Y con la madera que sobra es posible, esto ya sí necesita algo más de maña, crear un banco de jardín (para niños). ¡Y todo esto por 70 euros!

Hay gente que va más allá, como los de Makea, una web que se autodefine como "material de interes vital para todos los amantes y creyentes del reutilizaje y el reciclaje, funcional y artístico". Aquí ya no se trata de hacérselo uno mismo, sino que nos vamos ya al campo de la fabricación a partir de piezas de deshecho o en desuso.

Los de Vaho saben mucho de esto de dar una segunda vida a las cosas. Como ellos explican en su web, los conociste como "el estudio que reutiliza las banderolas publicitarias de PVC de ciudades como Barcelona o Madrid", pero ahora se divierten con muchas mas cosas: butacas hechas a partir de los carros del super o de bidones, bolsos y delantales hechos con retales de toldos...En casa también hemos hecho nuestros pinitos y tenemos a nuestros Frankensteins personales. Cómo estamos empezando en esto del DIY muebleríl, de momento copiamos ides y las adaptamos a nuestra manera y a nuestra infraestructura.
Este es uno de los prototipos sin finalizar, al que le faltan los acabados. -->
Hay otros, como el puf bidón, la chaise-longe... pero no es cuestión de empachar.



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